domingo, 4 de noviembre de 2007

Alegría.

"Escuchame bien. Uno nunca debe de gritar a los 4 vientos que es feliz. Por que si se enteran, van a hacer todo lo posible por hacerte infeliz"

-Mi hermana, aconsejandome cuando yo tenía 5 años.

Estoy en mi casa. Me duele la cabeza, estoy ansioso, y no puedo dejar de sentirme muerto por dentro.

Y me doy cuenta de que extraño la sensación, tan reconfortante, de sentirme enojado con el mundo, enojado conmigo mismo, enojado con los demás.

Afuera el viento furioso, arremolina la copa del eucalipto frente a la casa. Y deseo que algo removiera asi mi mundo, eso por lo menos me haria sentir vivo de nuevo.

Pero mi cerebro se niega.

Necesito engañarlo. Necesito que me deje en paz por unas horas. Pero para eso necesito decir mentiras.

Una vez leí que las mentiras son como deseos. Si dices una con bastante fuerza y muchas veces, puede terminar convirtiendose en realidad.

Asi que preparo todo lo que voy a necesitar.

Necesito, primero un tazón de fresas con pasas, y nueces. Necesito dopamina.

Necesito, salir de aqui. Impulsivamente. Con el mínimo de dinero. Necesito aventura.

Necesito... un buen corte de pelo.

Camino a la central de autobuses suena en mi cabeza bajo los efectos de la dopamina, el coro de la canción "la era de acuario", incesantemente. Y sin tener motivos empiezo a sonreìr.

Cinco horas después, llego al lugar. Esta a punto de iniciar todo. Habrá gente desconocida, musica y mucho ruido, Alcohol, y baile. Con tantos distractores ,mi cerebro apenas sabrá lo que esta pasando. Y para cuando se dé cuenta será demasiado tarde.

De pronto todo comienza y ni siquiera llevo la mitad de mi primera cerveza. Todo se ve muy animado y a lo lejos un tipo me saluda levantando su cerveza. Me acerco, y 10 minutos después estamos bailando en la pista del lugar.

Mientras bailo empiezo a sonreír -hacía mucho que no me pasaba-.

Sin dejar de bailar, observo a las personas en el lugar. Se puede decir mucho de las personas solo con ver sus gestos y sus actitudes. Por ejemplo aquel tipo en la barra dice "Me siento solo y aburrido", Aquella pareja de la esquina parece decir "Estoy bailando con mi mejor amigo", a mi derecha alguien dice " Soy joven y bonito", a la izquierda en una de las mesas hay una persona que mientras besa a su pareja, parece decir: " Ojalá que este momento no fuera algo efímero", Aquel tipo de la izquierda parece decir: " tengo 19 años y estoy enojado con el mundo, conmigo mismo y con todos los demás", Y justo enfrente de mi hay alguien que parece decir: " Soy hermoso, y tengo ganas de vivir"...

Este último resulta ser mi imagen en un espejo de pared, asi que no cuenta...

Las luces, la musica, el baile, las carcajadas en mi garganta tienen el efecto que esperaba y olvido todo lo que todavia no ha pasado.

Y con una carcajada grito a los cuatro vientos que soy feliz. A pesar de todo el esfuerzo que han puesto para que no sea asi.

Después de todo, debo aceptar que han hecho un muy buen trabajo. Y aunque ha sido para que todo sea adverso para mi, me hace sentir en este momento en que me siento tan feliz que hay alguien por ahi afuera a quien le importo. Y eso es bueno.

¿O no?.

1 comentario:

Anktsunamunh dijo...

¿Que si es bueno?

Según recuerdo, después de que logras recoger todos esos pedazos de cristal roto que a veces marcan el final de un camino, y justo en el momento en que los colocas a tus pies y comienzas como un niño a armar el rompecabezas, suele ocurrir que el mundo ya se ha encargado de colocar otro vidrio nuevo en el marco de la ventana (o bien, se ha dado a la tarea de tapiar el agujero o mover la ventana a otro cuarto que aún no visitas... en cualquiera de los casos, la tarea de reunir las astillas de vidrio terminan siendo al final un esfuerzo que a ojo de pájaro parece inútil)

Esto puede significar 2 cosas: o bien, que has gritado demasiado fuerte a los cuatro vientos y por lo tanto se han dado cuenta de que fingías, en cuyo caso te sentirás seguro y feliz de que nadie te haya visto desde afuera de la ventana -porque vivir como el crustáceo siempre nos ha dado una falsa y estúpida sensación de seguridad-; o bien, que lo que creías que te vuleneraría no lo ha hecho y el temor ha dado frutos insospechados... el mundo te ha visto, pero ¡oh sorpresa, tiene cosas más vanas en qué pensar que en tu situación actual! En este caso, tu sensación de seguridad y felicidad será real, tan real como el cristal que se ha roto frente a tus ojos, tan real como las astillas clavadas en tu corazón, tan real como esas bellas cicatrices que no cambiarías por nada en el mundo, tan real como el hecho de que lo que has hecho es bueno.