miércoles, 31 de octubre de 2007

Capítulo XI : Así es la vida después del Amor

 

Y así después de todo y de todos, así es la vida después del Amor.

A ese amor, cuyo emisario -el corazón- es como un toro salvaje sin control. Embistiendo contra todo, contra todos y contra mi mismo. A ese amor, aprendo a no hacerle caso.

Ahora tengo 30 años, Y veo el mundo con ojos diferentes. Todo me parece nuevo, diferente como lo verìan por primera vez los ojos de un niño, con colores más vivos, después del Amor.

Son las 9:30 de la mañana. Hace 20 minutos mientras praparaba mi desayuno, cantaba y al mismo tiempo sonreía. Un paso titanico para mi, por que desde hacia años que no lo hacía.

Estoy sentado en la mesa del comedor, y frente a mi tengo servida en un plato, una gelatina de limón. Y me parece tan verde como una esmeralda, tan fresca, transparente, y viva. Como si la viera por primera vez.

Desde la mesa puedo ver a través de la ventana. Afuera hay un cielo color azul rey, limpio y profundo, enorme y sin fin. Aún sin asomarme hacia afuera puedo sentir al viento fresco, frìo y renovador de septiembre golpeandome la cara , jugando con mi pelo.

Las hojas del árbol de eucalipto en la calle, afuera de mi casa, y que puedo ver a través del ventanal se arrebatan de alegría movidas por el viento, sin que parezca que se vayan a dejar de agitarse jamás.

Tranquilidad, serenidad, paz mental.

Y si tù quieres, dejar de ser masoquista.

Pienso que mi vida ha sido como comer directo de un árbol de naranjas saliendo de mi pecho, al inicio fueron agrias, por ser las primeras. Pero ahora vienen las más dulces, que poco a poco han madurado, al trascurrir el tiempo.

Hace un año exactamente, decidí morir. Pero ahora hay algo que constantemente me esta llamando a través del universo. Algo que mi corazón con sus latidos no me dejaba escuchar nítidamente . Y creo que soy yo mismo. Y como es un sonido hipnotizante, la muerte puede esperar.

Una mañana de mayo, en mis manos descubrí la furia y el trabajo duro de mi padre, en mi corazón el amor y el miedo de mi madre, Y en mi pensamiento los consejos y las experiencias dictadas y grabadas a fuego por filósofos muertos.

¿Y donde estaba yo?.

Y empezó una larga y encarnizada batalla entre mi mente y mi cuerpo, mis deseos y mi espíritu, mi corazón y mi lengua. Una confrontación tan antigua y primitiva como la eterna batalla entre la arena y el mar, el viento y el fuego, lo santo y lo blasfemo, lo directo y lo errático, la bala y la carne, el hermano contra el hermano.

Y mi Alma era el campo de batalla donde se enfrentaron tan terribles ejércitos.

Ahora todo ha terminado. Me siento como el guerrero de la antigüedad al final de la batalla. Con el cuerpo lleno de heridas abiertas, y a punto de cerrarlas yo mismo con aguja e hilo de cáñamo.

Como tantas veces hice por los demás.

Poco a poco sin darme cuenta me doy cuenta de que todo lo que antes he escrito se ha vuelto realidad. Y no me asusta ya. Otros no me creen que asi sea, pero desperdician su propia energìa mental leyendo manuales de filosofìa para aprender a hacerlo.

Les va a tomar algo de tiempo aprender.

Poco apoco, durante todo este tiempo que ahora se me antoja que fue eterno, me he encontrado a mi mismo debajo del niño, debajo del hombre, debajo del miedo a mis propios pensamientos y palabras.

Me he encontrado debajo del cielo nocturno, cuajado de estrellas brillantes y eternas que parece que están a punto de caer sobre mi, a mi alrededor como polvo de diamantes.

Me he encontrado caminado descalzo sobre la hierba con el color del pasto en mi nariz.

Solo el sol moviéndose en el cielo entiende como me siento, los pájaros volando alto entienden como se siente, y el río que corre sin parar, todos ellos saben lo que se siente ser libre.

De pensamiento, palabra, obra y omisión.

Y ahora, en contra de todos y de todo decido no apostarle en el futuro a la furia o al trabajo de mi padre, al amor o al miedo de mi madre , ni a las palabras sin vida de filósofos sin nombre.

No quiero caminar ya junto a los fantasmas de los muertos, sino a un lado del espíritu de mi pasión.

Y yo sé que dentro de las reglas de la autosuperación, y tal vez de la bella indiferencia, pareciera que estoy exagerando al pensar que estoy salvando mi propia vida . Pero no creo que sea exagerado salvar la vida de alguien que ha llorado, que se ha asustado, que ha aprendido a dejar ir, que ha tuvo que huir con la cola entre las patas, como los perros.

Después de tantas cosas tan malas que le han pasado ¿No creen que es la clase de persona que se merece ser ayudado por mí?.

Mientras introduzco mi dedo en la gelatina de limón y antes de llevar el sabor a mis labios y mi boca, me doy cuenta de que todo va a salir bien. Y -cosa rara para mi-, por primera vez en mi vida lo creo de verdad.

Algunas veces cuando nos perdemos en el miedo y la desesperación, la rutina y la falsa seguridad de lo cotidiano, en la pèrdida de la esperanza y en la tragedia. Podemos encontrar amor por nosotros mismos, en nosotros mismos, o podemos encontrar serenidad en el color verde esmeralda de las gelatinas de limón, en los cielos color azul profundo salpicados con nubes que parecen de algodón, y en la danza misteriosa y pagana de las hojas verdes del eucalipto arremolinadas por el viento frio de la mañana, o en cantar una canción alegre mientras preparamos el desayuno. O en sonreír sin tener un motivo aparente.

Afortunadamente cuando no tenemos a la mano limones, gelatinas de limón, o árboles de eucalipto. Podemos encontrar sosiego en el toque de una mano familiar en nuestra piel,o en un gesto de amabilidad , o en un abrazo desinteresado, o en una oferta de consuelo en silencio.

Sin dejar de mencionar: una sonrisa frente al espejo, unos zapatos cómodos, en una bocanada de aire limpio, en la sensación del viento fresco en la cara, en susurrar palabras en el oído de alguien querido muy a pesar de lo que digan todos los filòsofos de la nueva era...

Hay que recordar que todas esas cosas, que a veces no notamos , que son ya cosas cotidianas en nuestras vidas , y que tomamos en cuenta solo como simples accesorios. Están ahí con un más alto y enorme propósito, y ese es el de alegrar nuestra vida.

Ya sé que la idea suena muy extraña. Pero estoy seguro de que así es.

Y también sé, que esta es la parte de la película en la que mientras me como lentamente mi gelatina de limón, la cámara se aleja lentamente de mi cara. De mí.

Y antes de que la cámara esté muy lejos, miro directamente al lente, directo a tus ojos, lector.

Y sin separar los labios...sonrío con la boca y con los ojos. Por que sé que todo va a salir bien.

Viviendo la vida que hay después del Amor.

 

- El Alquimista Impaciente.

jueves, 4 de octubre de 2007

Receta para hacer limonada

Receta de cocina para preparar limonada.

Un vaso de vidrio.
Agua o Agua mineral.
Dos limones.
Azùcar.

Tòmese el vaso de cristal y coloquese sobre la mesa frente a usted.Piense en que el vaso esta vacìo en este momento, como su vida tal vez.

Agregue el agua al vaso.
Piense que lo llena con distracciones para alejarse de ese sentimiento. Piense que lo llena con diversiones, los amigos, la familia, un autonuevo, un amor tal vez. En vez de agua puede agregar usted agua mineral.

Llene hasta casi el borde, siempre debe de quedar algo por llenar.

Parta los limones por la mitad. Si usted prueba el jugo de limòn tendrà un sabor agrio.

El sabor agrio probablemente le recuerde los momentos agrios de su vida. Sus tropiezos, sus momentos de soledad, sus momentos de debilidad , sus malas decisiones, sus momentos de renuncia y su determinaciòn de no pasar de nuevo por todo eso. En este momento usted pudiera detenerse y no continuar con la preparaciòn. Despuès de todo, ¿si se agrega algo tan agrio, en tanta cantidad?, ¿como podrìa resultar de ello nada màs que algo desagradable?, ¿como podrìa resultar algo bueno despuès de tanto sufrimiento?.


Si es la primera vez que prepara limonada, es probable que renuncie ahora, deje todo y nunca màs vuelva a intentarlo. Excepto tal vez con naranjas, que son mas dulces.


Debe de mezclar bien el limòn con el agua. Hasta que se forme una mezcla homogenea. De cada limòn caeràn seguramente algunas semillas en la mezcla. Eso es interesante ¿no?. Por que una semilla es un principio, una oportunidad. Y han salido precisamente del origen màs improbable.


Agregue azùcar al gusto. Agrege un poco de sus ganas de vivir, de vivirse. De vivirse a usted mismo. De que lo vivan. Y no de vivir un conjunto de reglas inventadas por alguien màs, por alguien que nunca ha estado en sus zapatos , por algún filósofo muerto (Inclusive tal vez por usted). Agregue sin miedo: mariposas en el estòmago, sonrisas, ganas de saltar, de reìr con ganas, de acostarse sobre la cama y subir los pies sobre la pared como un niño, de perder el tiempo con gusto, con dicha.


Ahora tendrà para usted una bebida muy especial. Disfrutela. Disfrute el sabor. Algo agridulce, agradable al paladar.

Si usted no agrega azùcar al gusto, solo obtendrà un agua agria.

Esta es solo una manera de preparar limonada. Usted no debe tomarla con seriedad, ni seguir al pie de la letra todo el procedimiento.

Ni debe tampoco, tomar con seriedad eso que llamamos vida.

Despuès de todo, no sandrà vivo de ella. ¿o si?.


-El Alquimista Impaciente.

El Alquimista Impaciente

Lo conocí caminando por el centro. despues de unas cervezas en el bar. Caminando solo por la plaza desierta. Habia aprovechado la oportunidad de vivir el encanto de la decadencia. Buscaba libertad. Como las mariposas de san juan buscan la libertad en la luz incandecente de una bombilla eléctrica.

Y entonces lo ví.

Tendria el apenas unos 18 años. Alto, delgado. Cuerpo de hombre y cara de niño. Espaldas anchas que prometen ayudar a olvidar el desencanto de la libertad (ese que deja en la boca un amargo sabor a soledad). Ojos de niño, y esa sonrisa al mismo tiempo de simpatia que de complicidad.

-¿como te llamas?
- Mario.¿y tu?.
- Alvaro.

Terror total. Garganta seca. Sudor en las manos. No saber que mas decir. Recorrer los infinitos laberintos de experiencias previas. Escoger las preguntas adecuadas, las respuestas adecuadas. Sonrisas nerviosas. Todo debe salir perfecto.

Caminamos persiguiendo nuestras sombras que se alargaban y acortaban bajo la luz de los faroles electricos del alumbrado público. Aprovechando la intimidad de las calles solitarias del centro. Caminamos como sonámbulos en busca del sueño eterno, que no nos permita despertar más al dia siguiente. Entre estatuas de héroes accidentales, árboles podados deliberadamente con formas geométricas, como para que no se nos olvide nunca que tenemos un poder efímero sobre la naturaleza.

Catarsis total. Tiene ganas de compañia esta noche. Tiene ganas de mi. Busco entre las profundidades de mi memoria y la obscuridad en mi interior la razón mil veces escuchada de boca de los demás: "esta muy joven", pienso que todas las personas que conozco me dirian en ese instante. Soy prisionero de sus opiniones, esclavo de sus anhelos no cumplidos. Me siento impulsado a decir lo que ellos dirían, a no hacer lo que ellos no harían. Para despertar mañana, con la sensación de bienestar que da el someterse a la idea de que los demás estarían orgullosos de mi.

Pero solo, y sin que a ellos les importe si lo hice o no.

Así que decido no someterme al rito ancestral de los hijos de familia. Y mi respuesta es aquella que los demás no dirían, para hacer lo que ellos no harían. Pero no dejo de pensar que a veces la soledad es un incentivo más poderoso que la lujuria.

Besos y caricias frenéticas, escudados entre las colunnas de un pasaje aledaño a la catedral. Las sombras protegen nuestro encuentro. Goce y disfrute de los cuerpos, comunión buscada, besos salados recompensa gloriosa. siento su boca buscando mi cuello, mi pecho. Sus manos fuertes apretando mi cuerpo. Mis manos buscan su espalda y aprietan sus hombros, sus brazos.Mi boca busca su cuello y lo encuentra musculoso, busca también el vello de su pecho. Mi cara siente las caricias tiernas de sus manos de bruto.Y siento entonces como el fuego se abre paso a través de mi cuerpo. Desafiando el rito eterno del goce de los cuerpos entre hombre y mujer.

Y es que detrás de la catedral está la entrada llameante a la boca del infierno.

Siento su cuerpo juntarse a mi. Siento la consistencia dura de su pasión, su goce, su voluptuosidad. La tomo en una mano y la froto. Y el me mira, suplicante y soberbio a la vez. Y con la mirada le pregunto si puedo. Y con una sonrisa tierna me responde que sí. Me arrodillo lentamente y beso su torso, su abdomen, lamo alrededor del ombligo. Desabrocho su pantalón, mi boca busca la caricia de su tierno vello y beso completamente ciego de mi, la prueba de mi pérdición.

Y entonces siento una sensación fria que corre por mi cuello. Como corre un hilillo de sudor helado por la nuca después de la madrugada. Tarde me doy cuenta de que es el filo metálico de una navaja. Y entonces escucho su voz, segura y firme, sin titubeos. Que me dice con suavidad:

- Dame la cartera, maricón...

León,Guanajuato. 04 de octubre de 1999.
Cuatro de la madrugada.

El Alquimista Impaciente.

Dos metros bajo tierra

"A toda acción corresponde una reacción. Directamente proporcional y en sentido contrario."

-Segunda ley de Newton.

Miro el reloj, por tercera y ùltima vez. Son las 21:42 Hrs.y no hay ninguna llamada perdida.Estoy solo, me siento aburrido.Dentro de estas cuatro paredes me siento en un ataùd.Quiero sentirme vivo,quiero embriagarme, quiero gritar. Quiero todo eso que llaman libertad.

Me baño. El agua Tibia recorre mi cara, se escurre entre mi pelo y pienso que asi se me ha escurrido el tiempo entre los dedos. Se ha estirado, se ha alterado como plomo en oro o en algun otro metal. Por que ahora tengo 27 años pero mi memoria es la de alguien de 47 . Pedazo a pedazo me he comido , he disminuido ,sin darme cuenta , 20 años de mi futuro.

No me doy cuenta, ni se me ocurre pensar que estarè muerto antes de los 37. Por eso el baño caliente me relaja y me hace sentir limpio, mas ligero.

Mientras me seco, no dejo de pensar en Mario. Y en que entre nosotros ya no existe ninguna conexiòn. Dos años de mi vida que simplemente...dejaron de existir. Nunca sucedieron. Me doy cuenta que a todas horas recuerdo cosas que no han sucedido todavìa.

Mis amigos me dicen que asi pasa. Y que asi serà siempre. Que una vez que me acostumbre podrè tener tranquilidad en mi vida. ¿Serà tranquilidad, o serà la mansedumbre de las ovejas ante el pastor.Que despuès se convertirà en su asesino? ¿O es la resignaciòn con la que el condenado a muerte inclina la cabeza ante el verdugo y acepta el golpe mortal de la guillotina?. Ya sin oponerse, en total negaciòn de su libertad.

-Tienes que cambiar , me dicen. No te involucres, acepta las cosas como son. No esperes que duren. Vive al dìa.

Pero yo no entiendo por que tiene que ser asi. ¿Quien manda, quien decide que todos piensen asì?. No enamorarse, escapar de tener la responsabilidad por alguien, por su felicidad o su tristeza es un ideal que solo es alcanzado por los cadàveres. Y se me ocurre pensar que mis amigos no tienen que esperar a morir, en cierta manera estàn muertos ya.

Abro el closet y me quedo ahì de pie. Este es el momento crucial de todo este dia, pienso: En un tono de burla ¿Que marca o estilo de ropa me definen como ser humano?.

Disfrazo y niego mi humanidad. Me aplico medio frasco de gel para el cabello y lo peino. Como si eso importara.

Nunca antes ser aceptado por los demàs habia sido tan fácil, necesario, y tan barato.

Antes de salir, algo me detiene justo en la puerta. Un presentimiento me hace vacilar y voltear atrás. Pero no sè exactamente que es.

Llego al lugar. Ha llovido y hay charcos de agua en la calle. Me dirijo a la entrada del lugar y ya desde afuera se escuchan y retumban por dentro de mi pecho la resonancia de la soledad. Las almas tristes pero con caretas de felicidad, hechas con retazos de fotografias de las revistas de moda, se acercan por todos lados también hacia la puerta de entrada, como suelen acechar los fantasmas las casas en ruinas.

Pago gustoso la cuota que me da derecho a la borrachera y al sinsentido que nos venden como libertad. Y recibo a cambio un tufo a humo de cigarro de segunda mano ,con un toque cìtrico.Y 38 grados centigrados de temperatura en el ambiente.

Al entrar algunas miradas se posan en mi. Algo en mi ropa les llama la atenciòn. Algo externo a mi alma, algo que no entienden. Compro la primera cerveza de la noche y me dirijo a la parte mas atiborrada. Mientras en mi cabeza suenan como una cacofonìa, como un panal de abejas las palabras de mis amigos. Y lo ùnico que hago es tratar de ahogarlas con cerveza.Desde un rincòn puedo estar a gusto,puedo mirar sin ser molestado. Y me doy cuenta de que estamos los de siempre. Me pregunto si son los los ùnicos homosexuales en esta ciudad. Una ciudad de mas de un milòn de habitantes y solo trescientos homosexuales.

Y ahi está, como cada fin de semana, puntual. "La poderosa". Bailando y sonriendose a ella misma. Feliz de "vivir" una libertad prestada. Feliz de apegarse a lo que unas mentes invisibles han dictado que es la libertad para los homosexuales. Sonriendo y bailando, delgadisimo como es. Me llama la atenciòn su silueta recortada contra los cientos de rayos de luz provenientes de la bola disco a sus espaldas y que parece como si emergieran de él mismo. Con sus brazos extendidos y retorciendolos como una bailarina hindù, me hace pensar en la silueta de un Bonsai. Y siento algo parecido al espanto. Por que un Bonsai es la naturaleza del àrbol sometida a una diabòlica esclavitud. Su naturaleza ha sido domeñada, desviada, torcida a la fuerza ,para que parezca mas...¿bonito?. De todo esto nadie parece darse cuenta en este bosque con 300 hombres-Bonsai.

Tambièn esta Ritchie, agradable y simpàtico. Es agradable conversar con el. Por que siempre tocamos el tema tabù del que nadie se atreve en estos tiempos a comentar: hablamos de nuestros sueños, de nuestras esperanzas, del miedo a la muerte, del sentido profundo del dolor. Pero hoy no quiero contarle nada. Esta demasiado ocupado con sus conocidos, y yo mismo prefiero estar solo.

Miro hacia la derecha y se me congelan las manos y la cara. Ahi en un rincòn, el mismo donde lo conocì hace dos años, esta Mario. Emocionado de estar aqui, alegre e inseguro, valiente y temeroso de encontrar a algùn conocido a quien ha ocultado su homosexualidad y que lo pudiera reconocer.Enojado y confundido. Tantas emociones al mismo tiempo. La mùsica y las luces lo aturden. Quiero acercarme, abrazarlo con todas mis fuerzas y darle uno de esos besos tiernos en la frente que tanto me gustaba darle. Tranquilizarlo, decirle que no se preocupe. Que todo pasa y que todas esas inseguridades se iràn algùn dia. Pero no lo hago. No quiero mentirle,no quiero acercarme. Ya me lastimó una vez y no voy a darle la oportunidad de que lo haga de nuevo.

En medio de la musica me siento extraño, en medio de todos me siento solo. Como si extrañara una parte de mi que hubiera perdido. Pero no recuerdo que es. Ahora de pronto, quiero estar lejos de aqui. Quiero estar en mi auto, solo. Tomando cerveza , escuchando a cold play y mùsica de trova.

En este lugar tan cerrado y obscuro junto a toda esta gente muerta por dentro me siento encerrado en un ataùd, dos metros bajo tierra. Y siento en mi pecho y mi garganta germinar, hacerse incontenible un grito de espanto y desesperaciòn.Entonces lo veo, entrando por la puerta. Y toda mi percepción se altera , es como si todo el lugar y los asistentes al aquelarre se sumergieran en un enorme tanque de agua. Todo movimiento y sonido se distorsionan. Como si hubiera fumado naturaleza muerta. Moreno tostado, cuerpo de obrero,bigote lacio,brazos gruesos, ojos con curiosidad infantil y sonrisa de niño. Pantalòn de mezclilla, camiseta negra del River plate y zapatos tenis. Solo siendo el mismo, nada mas, sin pretensiones. Y eso lo hace atractivo a mis ojos.

Se dirige a la barra y pide una cerveza, un minuto después desaparece en tre la gente. Fué un espejismo, una quimera. Pero 15 min. después aparece de nuevo a un lado mío y me alegro de haber decidido no fingir antes de salir de casa y haberme vestido exactamente igual que el. Lo miro y ambos nos sonreímos con los ojos y con el alma. Me pregunta al oido que ,si como mi camiseta, soy River plate, y le digo que si.

Olvido completamente las palabras de mis amigos. Intentamos bailar y nos da risa que ninguno de los dos sabemos poner un pie delante del otro. Platicamos sobre el ruido, sobre el lugar, sobre nosotros, (sobre nada). Y me sorprendo a mi mismo sonriendo con ganas. Por que pensaba que habia olvidado ya como hacerlo.

Media hora después salimos del lugar. Afuera nos encontramos con el frío de la madrugada y con que ha llovido sin darnos cuenta. Corremos al auto por la calle mojada . A el le gusta reír y saltar en los charcos. Tiene 27 años y parece un niño. Eso es lo que he perdido. Dentro del auto se divierte con mi manera de reír, y me doy cuenta de que al igual que yo, le gusta Cold Play y la música de trova. Asi que cantamos a todo pulmón camino a mi casa.

Llegamos al fin, estaciono el auto en la calle desierta ,húmeda y fría. De pronto nos quedamos en silencio, tiene miedo, tengo miego. No queremos iniciar algo que después termine mal. Pero en la radio inicia "sin tu latido",esa canción de Aute, entonces ambos nos miramos a los ojos y sonreímos con complicidad.

Me provoca risa que se ría de mis zapatos sin cintas, que se calza sin pena. Toda la noche reímos, jugamos, cantamos en la cama. Ya los dos como niños. Nos besamos un rato, nos regalamos abrazos y caricias tiernas y despues nos entregamos el uno al otro algo de cada quien hasta saciar. Y después dormir, dormir tranquilos, juntos y abrazados. Mientras afuera cae una llovizna suave que nos regala un arrullo con su golpeteo en el vidrio helado de la ventana.

Antes de irse, no deja que lo lleve a su casa. Afuera la calle aún esta obscura pero está a punto de amanecer. Y en mi alma está a punto de amanecer también, sobre la noche mas larga y mas obscura de mi vida. Nos abrazamos y me da un beso tierno en la frente. Dice que le gustaria volver a verme,pero que no sabe el futuro. Así, sin promesas esta bien. Lo dejo ir. Y no me siento angustiado. Cierro la puerta suavemente.

Con un cigarro y una taza de café caliente, me acomodo en el suelo apoyando mi espalda en la puerta. Encima solo tengo puesto un pantalón. Siento el frío del suelo en la planta de mis pies descalzos. La luz de la aurora entra por una ventana y se alarga sobre la pared, sobre el suelo, siguiendo una trayectoria silenciosa, casi reptando hacia mis pies desnudos. Y siento su calor cuando la tibieza del sol los besa. Pienso en el, y pienso en que no sé si le vuelva a ver. Pero ahora se que ahi afuera hay un alma afín y solo ese pensamiento me reconforta.

Igual que un gato que sorprende a su presa, se viene a mi cabeza un pensamiento . Sobre si es de este momento de duda ese del que todos dicen que hay que hacer cualquier cosa por escapar . Para no caer en una trampa que piensan que es el enamoramiento, o cualquier camino que nos pueda llevar a el. ¿Podemos escapar de esto?.

El humo del cigarrillo se eleva en la forma de una columna que repta por mi brazo derecho, igual que una serpiente. Asciende sin detenerse, sin perder su forma sinuosa. Recorriendo mi brazo,mi hombro, mi cuello. Y al llegar a mi oído me susurra dulcemente de una manera casi hipnótica, la respuesta:

-No se puede...

El Alquimista Impaciente.

La estrategia del caracol

"...un caracol sube arrastrandose por la orilla de un pozo de 10 metros de profundidad. Por la mañana avanza dos metros y por la noche, cuando duerme, resbala un metro. ¿cuantos dias tardará en salir del pozo?..."

-Mi maestra de primer año de primaria tratando desesperadamente de enseñarme matemáticas.

Encontré a Abraham mientras andaba yo dando vueltas en la obscuridad del cine. Me dolían los pies, me dolia la cabeza y me dolia el alma. Era un dolor sordo, como metido en los huesos. Como cuando el frio del invierno se mete hasta el alma, la transforma en sólida y podemos sentirla como si estuviera hecha de papel celofán. En aquel lugar solo había miradas recelosas, corazones desconfiados y almas con la psique fracturada. En pocas palabras en el lugar ideal para encontrar esperanza.

Lo había conocido, a decir verdad, unas semanas antes. En un encuentro fugaz. Mínimo. En esa ocasión no quise dar inicio a nada y me despedi en la calle sin la promesa de volver a verlo.A la mañana siguiente y después de haber anotado su nombre sin apellidos y su probable trabajo en algún rincon de mi cartera, lo olvidé por completo. Y no pensé en el por un tiempo. Y en cambio , como si lo mereciera, si pensé mucho en otro.

Volví a pensar en Abraham tiempo después, en un momento en que los fantasmas de mi pasado habían reclamado su investimenta de fantasmas y se mostraban en mi memoria como el recuerdo dudoso de algo que tal vez había sido un mal sueño, como una fotografía borrosa, como la sensación de escalde que queda en el paladar y la lengua después de comer algo agridulce. Pensé en el por unos minutos y sonreí. Pero inmediatamente caí en la cuenta de que el era también un futuro incierto, inexistente y de nuevo lo olvidé.

Pasaron los días, y la vuelta de las semanas. Continué con mi vida, esforzandome cada dia por la mañana en inspirar una bocanada de aire, exhalar y hacer un esfuerzo por que el proceso continuara de manera automatica el resto del día. Los días se convirtieron cada uno en una copia fotostática del dia anterior y también (cosa rara) del dia siguiente. Y entonces me concentré un poco en ser como los demás. Saludar, sonreír y comer. Actividades propias de una persona emocionalmente estable.

-Actividades fáciles de simular-.


Mi nueva vida parecía gustarle más a las personas a mi alrededor que a mi mismo. Y yo me consolaba pensando que por vez primera hacia algo que a los demás les agradaba. Sentia que empezaba a existir pero al mismo tiempo dejaba de vivir. se me consideraba una persona madura. Si es que a la madurez se le puede equiparar con no querer tener preocupaciones y no querer responsabilidades; Como son exactamente los cadáveres. Entonces me di cuenta de que no tenía que esperar mucho para poder morir, (como deseaba secretamente cada noche antes de cerrar los ojos y dormir). Por que en cierta manera, estaba muerto ya.

Entonces empecé -de nuevo- a frecuentar esos cementerios preciosos que son los lugares de ambiente y los sitios de ligue. Donde esperaba encontrar e identificarme con otros muertos por dentro, como yo. Y es cierto que había otros más. Pero no como yo. Varias veces intenté comunicarme con ellos pero sin resultados. Al parecer para ser un cadaver de verdad hay que renunciar primero a la idea plenamente conciente de ... estar vivo y muerto por dentro. Pero eso no me habia sucedido a mi todavìa. Simplemente nunca se me ocurrió que tenía que hacerlo.

Creo que los escasos girones de sentimientos que quedaban en mi, les inspiraban desconfianza o recelo. Así como a los muertos con las carnes ya putrefactas ,envidian y desprecian la carne todavía viva en los vivos. Así ellos me reuían ,por que les recordaba un poco lo que habian perdido ya.

Fué entonces cuando encontrè a Abraham de nuevo. Ahí parado en la obscuridad. Lo reconocí al instante aún entre las tinieblas del local, gracias a la luz que le emanaba por los ojos. Y es que era un resplandor raro, en el que se adivinaba curiosidad y algo de ganas de vivir. Me acerqué y no me reconoció. Pero igual aceptó mi invitación. Minutos después sentados los dos en las frías butacas del lugar. El continuaba sin recordarme. Y yo me esforzaba en regresar mentalmente a la seguridad y la calidez del calor entre el contacto con la piel con la piel del otro.

Claro, subconscientemente.

Entonces me di cuenta de que tal vez habia cometido un error. Por que recordé que el brillo de la curiosidad y de las ganas de vivir se confunden muy facilemente en la obscuridad con el resplandor del fuego quimérico y fatuo de la lujuria. Y decidí entonces olvidarle para siempre.

Entonces recordó. recordó mi ultima mirada sobre el hombro, hacia el, mientras caminaba por la calle desierta. Me recordó despidiendome de el antes de que subiera a su taxi. Y también me recordó mientras platicabamos en la calle mientras caia un torrencial aguacero, camino del cine a mi hotel. Y se acordó de mi en el cine caminando yo entre la obscuridad, y del brillo de mis ojos que reflejaban la luz en los suyos. Aquella noche unas semanas antes. Una semana después de aquella noche primera.

Cuando ya ni siquiera lo recordaba unas semanas antes. Había pedido a Dios ayuda, por otros motivos devastadores que provocaban una enorme angustia en mi. La pedía de manera honesta y sincera con el corazón en la mano. Y en aquel momento no recibí ninguna respuesta, como siempre. Y como pasa aparentemente cada minuto, a miles y miles de personas en todo el mundo. y antes de llorar totalmente derrotado, pensé que Dios era un señor muy ocupado con los demás como para hacer caso a los niños que lloran atrapados en el cuerpo de un adulto.

La estrategia del caracol es rara. Dios no puede alterar las cosas que han sucedido. No puede borrarlas. Pero si puede esconder las respuestas a las preguntas presentes entre los hechos pasados aunque parezca que no tienen relacion con el presente. Para que estemos atentos y nos sirvan como armas para enfrentar el futuro.

Ahora se que las cosas pueden pasar asi. Y entiendo que algunos detalles triviales que espontáneamente nos recuerdan cosas pasadas son puestos frente a nuestros ojos para "recordar" las respuestas.Ahora ya no esta conmigo y me siento perdido en el laberinto de mi corazón. Pero he releido mis diarios de cuando yo tenia 20 años y ahora lo entiendo muy bien. Recuerdo la inseguridad, el sentimiento de soledad,la larga adolescencia dando vueltas por los parques o los cines para descubrir el sexo, mientras mis amigos bugas se enamoraban, escribían poemas o bailaban abrazados en las fiestas del Instituto. Recuerdo tambièn las noches de echarse a la calle soñando con un príncipe azul de la misma edad, para volver de madrugada, hechos una mierda, llenos de asco y de soledad. La imposibilidad de decirle a un hombre que tiene los ojos bonitos, o una hermosa voz, porque, en vez de dar las gracias o sonreír, lo más probable es que le parta a uno la cara. Y el sentimiento de culpa cincelado en el corazòn con paciencia y sin misericordia por el padre, la madre ,los hermanos y todos a quien he conocido y querido.

Tambien recuerdo querer salir, conocer, hablar, enamorarme o lo que sea, y en vez de un café o un bar verme condenado de por vida a los locales de ambiente, las madrugadas entre cuerpos Danone empastillados, reinonas escandalosas y drag queens de vía estrecha. Tal vez la intención en la estrategia del caracol no era que naciera algo aqui y ahora. Y solo era que nos encontraramos para después, en el "momento justo", los dos nos reconocieramos.

Y ahora estoy aqui. En el centro del universo. Deseando quemar todo lo viejo hasta los cimientos. destruyendo falsos conceptos. rescatando viejos sentimientos moribundos. Desmenuzando poco a poco esta estrategia del caracol. Pensando si estoy escalando los últimos metros antes de salir a la luz, fuera del pozo. O si está por caer la noche y entonces tendré que resbalar dormido y descender unos metros hacia la obscuridad.

Mientras recuerdo su voz, siento que los girones de sentimientos que quedaban en mi, se estan encendiendo como si alguien les prendiera fuego y ese mismo fuego inflama mi carne con un confort extraño y me da ganas de seguir. Y ya no necesito una antorcha que me guíe por el camino, ahora yo mismo soy una antorcha.

Pero me siento dudar, tambalearme. Y la causa son el recuerdo de sus palabras que me hacen sentir incierto, transparente como el agua pura de un vaso. Y son solo palabras ¿o no?, palabras simples, sin chiste, tal vez ordinarias por tantas veces que las he escuchado antes. Tal vez aprendidas de alguna revista cursi, de una pelicula romantica, simplona, de alguna experiencia anterior :

" - ¿...Te quiero mucho-mucho-mucho...? ".

Estaba tan enamorado.

El Alquimista Impaciente.
Agosto de 2006.
Una de la madrugada.